Se lo llevó.

Llegó el mes de julio y seguimos confinados. Todo es especulación e incertidumbre. Innundados de tanta información al final no terminas de entender que está pasando realmente. Resoluciones van y vienen. Cuando piensas que va a terminar el período de encierro lo vuelven a prolongar. Después de cuatro meses podemos seguir diciendo cuarentena? Hoy son 120 días exactos de  que nuestra vida está regulada en esta ciudad.
Hoy es lunes, comienza una semana más. Se escucha el canto de las aves. Poco a poco despunta el alba. Me asomo a la ventana y desde un pequeño ángulo veo algunas personas ejercitándose alrededor del parque.
Son casi las siete de la mañana. El vecino saca su carro, va al trabajo después de tres meses confinado. Vuelve el silencio. Son casi las once de la mañana. Comienza el peregrinaje por la calle de los vendedores ambulantes de aguacates, limones, papayas.
Llega la hora del almuerzo. Vuelve el silencio.
El Covid19 se llevó las risas de los niños en el parque. El fluido vehicular de casi todas las líneas de buses que pasan por el barrio, se llevó la música de los fines de semanas, se llevó pequeños emprendedores que entregaron los locales, se llevó las conversaciones amenas, la mano extendida para ayudarte. Aún no sé a quiénes volveré a ver. Aún no se cuántos días me quedan en este barrio del cuál me enamoré la primera vez que lo conocí buscando un medicamento.





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